RELJA FERUSIC / ARCHITECT |
SANT SALVADOR 63-65 BAIXOS |
08024 / BARCELONA / SPAIN |
T/F +34 933 685 276 |
FERUSIC@SALAFERUSIC.COM |
2008
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ASUSA
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Academy for Scenic Arts |
Skenderija / Sarajevo / BIH |
Finalist on Public Competition |
Authors: Relja Ferusic, Nagore Linares, Daniel Monheim
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Redefinir el límite. Actuar en un entorno urbano complejo implica redefinir conceptos, enfrentados, viciados por la historia o contrapuestos, para dar respuesta a nuevos requerimientos. Integrar diversidad de vectores que atraviesan el tejido urbano: aquel “différ(a)nce” de Derrida, que hace de ciudad una metrópolis. La ubicación de la Academia es una franja urbana limítrofe donde las Artes Escénicas han de poder convertir el límite en un filtro permeable, situando una “voz” al otro lado del “limite hegeliano”, que nos llama a cruzarlo y crear un nuevo punto de acción. Cruzando el limite, el ciudadano recordará la experiencia y volverá transformado por ella. Es una “fuga psicogénica” de “Lost Highway” de David Lynch, o la inquietud creada por el límite, el “Vértigo” de Alfred Hichkock según Eugenio Trias en “Lo Bello y lo Siniestro”. Esta transformación en el espectador, es la idea generadora del proyecto a escala urbana.
Difuminar el límite Objeto-Espacio. El edificio se deforma y pliega para acoger el programa de la Academia, convirtiéndose en un ente a medio camino entre el espacio y el objeto, una dependencia formal y funcional que construye una geometría tridimensional fundiendo los conceptos de interior-exterior, público-privado, espacio-objeto.
Romper la relación Contenido-Contenedor. La infraestructura resultante se muestra a la ciudad con sus dos fachadas exhibicionistas, creando una relación entre la ciudad y el edificio, una relación bidireccional en la que la ciudad se convierte en el espectador de las artes escénicas, y los actores en espectadores de las escenas urbanas cotidianas.
Luz como dinamizador de la circulación. Una brecha en la cubierta inyecta luz a todos los niveles, acompañando los movimientos de los usuarios, transformándolos en recorridos teatrales como los de Tati cuando “Mr Hulot” pasa por todo un edificio con tal de llegar a su casa en “Mon Oncle”. La luz es el dinamizador de los flujos y rompe los “clusters” de un programa arquitectónico complejo.